Retrospectiva de Ruben Sarralde con exposición y libro.

Este martes 20 habrá un doble programa cultural en la sede central del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, en Rincón 575, planta baja. Allí tendrá lugar un homenaje en recuerdo del artista plástico Ruben Sarralde. En la Sala Tomás Berreta, a las 18:30 será el lanzamiento del libro Sarralde, mientras que una hora más tarde se abrirá una muestra retrospectiva con trabajos del artista, en la Sala Carlos F. Sáez. Ambas actividades son con entrada libre.

El flamante libro y unas seis decenas de obras expuestas resumen una vida dedicada a la pintura. "Es una retrospectiva de toda la carrera del pintor, desde 1946 al 2003, que es cuando falleció. Él perteneció al Taller Torres García, pero recorrió muchos estilos. Adherido al Taller, comenzó con colores muy opacos, hizo mucho cuadro constructivista, pero luego se liberó totalmente, y abordó muchísimas temáticas: fue un excelente retratista, y también hizo paisajes de gran nivel, todo en un estilo muy personal", explicó a El País Uruguay Russi, de la Fundación Sarralde.

Detrás de este doble lanzamiento del martes próximo, hay cinco años de trabajo, tiempo que se destinó a reunir la obra del artista, hasta el momento en que se pudo armar un catálogo con unas 600 obras. "Además de artista plástico, él era barraquero, de La Paz, y entonces no le interesó mucho promover la venta de su obra", explica Russi.

Ruben Sarralde fue montevideanano, nacido en Goes en 1921. En 1938 inició sus estudios de dibujo y pintura en la Scuola Italiana, con el maestro Enzo Kabregú, y más tarde continuó sus estudios con el pintor Alceu Ribeiro. En 1942 se radicó con su familia en La Paz (Canelones), donde su casa-taller fue un centro fermental de formación de pintores y referentes del hacer cultural de la zona canaria, entre los que se destacan Joaquín Aroztegui, Juan Mastromatteo, César Pesce, Tabaré Gómez, Rosa Fourment y Martín Russi —nieto de Sarralde—, a los que apoyó permanentemente.

Sus obras obtuvieron numerosos premios en salones departamentales y nacionales, aunque su bohemia y particular forma de encarar la pintura lo llevaron a no participar en los últimos años. De su carrera destaca su actuación junto a Alceu Ribeiro, integrando el taller El Molino, donde desarrolló una fecunda tarea.

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