BALANCE 2017

Museos y salas de exposiciones repasan un año fructífero

La escena del arte visual local puede pasar desapercibida en este mundo moderno donde la imagen ha llegado a tal magnitud que se vuelve efímera. Pero aunque no parezca, ante los sonidos retumbantes de una banda de rock o salas llenas en obras de teatro que hacen reír, los museos y salas de exposiciones con sus obras silenciosas están presentes y cada vez más.

u201cEl arte es más que colgar un cuadrou201d, le dijo Raúl Álvarez, coordinador artístico del Centro de Exposiciones Subte. Y si será, que sólo en el Museo Nacional de Artes Visuales, hasta el 3 de diciembre, se habían registrado más de 83.000 visitas, solo en 2017. Público hay.

En esta línea, Enrique Aguerre, director de la institución, cree importante resaltar un detalle no menor: que el público, además del asiduo, sea diverso, y que la palabra u201cnacionalu201d que está en el nombre del museo, se cumpla, u201cpara que no termine siendo el Museo de Montevideou201d, agrega. Y con esto en mente, después de 106 años de existencia, el Museo Nacional de Artes Visuales llevó obras de su colección al interior del país. Una exposición del pintor y dibujante uruguayo Rafael Barradas para conmemorar los 70 años del Museo de San José, y obras de Cuneo en el de Florida, con el detalle especial de que u201calgunas de sus famosas lunas fueron concebidas en la barrancas del río Santa Lucíau201d, detalla el director. Para remarcar el éxito de estas iniciativas, Aguerre informa que solo a nivel educativo, fueron 4.500 niños a visitar la muestra.

Por este camino también se embarca el Espacio de Arte Contemporáneo. Fernando Sicco, su director, considera que el desafío para ellos es llegar a ese nuevo público, el que tal vez no consume arte contemporáneo, pero que si se acerca por otra vía se engancha y los acompaña. Y de eso se ha tratado 2017, que con 39 exposiciones llegaron a convocar al menos a 23.000 personas. A lo que también se suman las actividades conjuntas con otras instituciones: u201casí traemos a gente que descubre el espacio y se quedau201d, explica; y lo más importante, considera, los programas de formación que generan. Un ejemplo es la muestra fotográfica que surgió a partir del Taller de retrato colectivo. Un ensayo sobre el barrio a cargo del argentino Marcos López, que, si Sicco tiene que elegir, cree que es la exposición del año del EAC. Los motivos son simples: combinó lo educativo con la integración del barrio y terminó en una muestra fotográfica colectiva, que además hace a la identidad del entorno.

El año que cierra parece haber sido exitoso para todos. Es el caso del Museo Gurvich que, después de 2016, un año que para Florencia Astori, su gestora cultural, fue de u201cacomodamientou201d, logró afianzarse en la agenda cultural y, ubicado en un punto estratégico de Ciudad Vieja, cautivó mucho más público, hasta alcanzar más de 12.000 visitas. Al igual que el Espacio de Arte Contemporáneo y que el Museo Nacional, para Astori es importante destacar sus programas de acercamiento al público, como fue la integración del museo con la cárcel de Punta de Rieles, donde se trabajó en un mural de José Gurvich.

El Subte, por su parte, resume su año en el rescate del Premio Montevideo de Artes Visuales, cuya 48° edición se realizó después de una década de parate. u201cEs el medio de la Intendencia para adquirir obras de artistas contemporáneosu201d, explica Álvez, coordinador del centro. En cuanto a público, considera que Museos en la noche fue un éxito ya que convocó a cerca de 1.500 personas, sólo en el Subte.

Museos en la noche, que ya llegó a las 13 ediciones, se ha convertido en uno de los eventos del arte local. Decenas de miles de personas participaron en las más de 150 actividades organizadas para esa noche.

Es un evento, además, que ha permitido a los uruguayos (al igual que el Día del Patrimonio) conocer arte, aprender y recorrer esos espacios de cultura y libertad que siempre han sido los museos.