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"Me vino muy bien este shock"

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Apoco tiempo de empezar un nuevo ciclo de uno de los programas de radio más famosos del país, Cotelo camina entre cables, micrófonos, escaleras y herramientas. Todos trabajan a ritmo intenso para llegar a tiempo para mañana a las 7 de la mañana, cuando En Perspectiva vuelva al dial.

Cotelo luce concentrado pero tranquilo. Dejó atrás 22 años en El Espectador y un incidente mediático que generó bastante ruido y titulares en enero, cuando se concretó su ingreso a Radio Oriental y la salida de Jorge Traverso de la misma emisora.

¿Qué cosas permanecen del programa y qué ha cambiado, si es que cambió algo?

-En Perspectiva cada año se ha renovado. Si no hubiésemos hecho eso, no estaríamos por cumplir 30 años. Pero claro, este es un sacudón muy grande, probablemente de los golpes de timón más fuertes que hemos dado. Para empezar el estructural, porque el programa ya no es producido por una radio, sino por una empresa nueva que hemos creado con un grupo de amigos y colegas. Después está el tema de la difusión. Vamos a estar saliendo por una AM de alcance nacional y por una FM en particular en Montevideo, más una serie de radios FM en ciudades del interior. Por otro lado estamos creando y lanzando el sitio web.

Y va a ser la residencia permanente de aquí en delante de En Perspectiva. Allí se va a poder escuchar en vivo, va a estar la recopilación de las notas más importantes. Se va a poder ver una parte del programa, y ahí empiezan los cambios. No nos proponemos hacer un canal de televisión, pero sí vamos a mostrar de la manera más profesional posible cómo se hacen dos de los espacios del programa: la entrevista central, y lo que hasta el año pasado era la “Tertulia” ahora es la “Mesa” de En Perspectiva. Esas son secciones en un programa de radio donde hay un movimiento, una gestualidad, hay algo para ver.

-Entonces, ¿qué va a oír el público mañana?

-Para empezar hay una nueva ambientación musical. Hace tiempo que teníamos pendiente eso, y la hemos confeccionado desde cero. Desde la 7 de la mañana a las 11 todo es nuevo en ese sentido. Esa es una parte del cambio. La audiencia va a encontrar la combinación de lo que conoce con las nuevas apuestas, las nuevas ofertas que le vamos a hacer al público: la entrevista central y las mesas de discusión, que, de alguna manera, son la columna vertebral del programa, esas van a estar. El análisis económico, el contacto con los corresponsales, las crónicas desde la calle con Rosario Castellanos, van a estar.

Y después habrá una serie de novedades. Por ejemplo, vamos a incorporar temprano una tira de opinión editorial, que hasta ahora no existía. Otro ejemplo es que vamos a tener algunos columnistas que creo que van a refrescar el enfoque que hacemos de la actividad política de y las declaraciones y anuncios de los dirigentes políticos y gobernantes. Eso lo vamos hacer con un equipo joven de politólogos que ya existe, Uycheck, y que se suma. Otro ejemplo: en el seguimiento de los espectáculos y de la actividad cultural, que En Perspectiva siempre tuvo un lugar destacado, se va a notar un énfasis y mayor profundidad. Van a estar Eduardo Alvariza y Déborah Quiring, quienes junto a Castellanos se encargarán de las recomendaciones y la crítica.

-¿Cómo maneja el hecho de que ahora va a tener una imagen, ya que habrá transmisión en video?

-Es un desafío y una experiencia interesante. En El Espectador ya teníamos una webcam muy simple, pero que de hecho tomaba algunos espacios del programa. De todos modos ahora esto lo vamos a proyectar con más fuerza, y va a haber más incentivos para que el público efectivamente lo vea y se interese.

Eso nos va a requerir algunos cuidados, pero no mucho más que eso, porque lo que busco es que quien acceda a ese servicio en vivo o después en las grabaciones, lo que vea es cómo se hace radio. No me voy a poner aquí de conductor de un programa de televisión. Simplemente queremos que la gente que tiene curiosidad por cómo se hace un programa de radio pueda verlo.

-¿Cómo es para usted recibir críticas instantáneamente a través de las redes sociales?

-Estamos acostumbrados a la interacción con la audiencia, en radio siempre ha existido. Hace años la gente llamaba, y luego nos pasaban papelitos. Con la llegada de los celulares la participación de la audiencia es muy intensa, es segundo a segundo. Esa fue toda una transformación y estamos acostumbrados.

Lo que pasa es que luego ha venido otra ola, que son las redes sociales. Esa es una ola que nosotros estamos aprendiendo a surfear, con la cual estamos conviviendo, a la que estamos estudiando y estoy seguro que no dominamos todavía. Estamos tratando de aprovechar lo que entendemos es saludable para nuestro producto. Ponemos mucho cuidado en escapar, o esquivar, a algunas tentaciones y deformaciones que las redes sociales tienen.

-¿Se le ha curtido la piel a las críticas?

-Se me ha curtido la piel, porque para nosotros el aporte de los oyentes es muy importante. No leemos al aire todos los mensajes que llegan. Pero los leemos a todos, los discutimos. De muchos mensajes de oyentes han surgido temas que podemos tratar, autocríticas y más. El 90%, hasta el 95% de los mensajes, son constructivos, incluso en las críticas. Hay sí un porcentaje bajo, siempre ha existido, de oyentes muy pero muy crueles, algunos de los cuales nos hacen pensar que por qué siguen escuchando el programa.

Supongo que da para un estudio sociológico de por qué existen oyentes tan agresivos. Muchas veces se trata de mensajes muy desestabilizantes. A uno hasta puede cambiarle el tono de la voz cuando los lee mientras van cayendo en la pantalla. Pero hemos aprendido a convivir con eso. No tengo la cabeza cerrada a las críticas, pero claro, hay límites.

-Ahora, además de periodista, es empresario. ¿Cómo es esa dualidad para usted?

-No es la primera vez que soy empresario. Cuando el programa estaba en Emisora del Palacio en su primera época, año 88, tuvimos que tomar la decisión de hacernos empresarios porque si no el programa se iba a caer. Hasta el 92, que pude concentrarme en lo periodístico, a pesar de que en El Espectador tenía funciones vinculadas a la conducción de la empresa, con el tiempo fui asumiendo esos papeles. Ahora es otro escalón hacia adelante porque estamos construyendo un proyecto que es muy ambicioso. Entonces sí, voy a pasar a tener dos caras, dos tipos de preocupaciones, pero también dos tipos de satisfacciones.

-¿Cómo es como jefe?

-Sería mejor preguntárselo a la gente que trabaja conmigo. Pero soy exigente. Esa es seguramente la palabra que se usa más para describirme. Al mismo tiempo la exigencia primera me la impongo a mí mismo. La relación que tenemos con los periodistas que trabajan en el programa es, creo, enriquecedora para las dos partes. Quienes trabajan conmigo conocen las reglas del juego, el ambiente, y… (piensa), salí hablando de lo exigente porque es probablemente lo que hasta mala fama me ha dado, pero soy... ¿Qué más?

Soy muy abierto, propenso a estimular y dar espacios a los profesionales que van demostrando cualidades, me interesa mucho la renovación. En el equipo la practicamos y la buscamos. Para empezar la generacional. Yo tengo 56 años, pero mi equipo de producción debe tener un promedio de 30. Con honestidad, creo que es útil para las dos partes. Y la forma en la que trabajamos creo que también es útil para las dos partes. Yo creo que el vínculo es uno: el de ganar- ganar. (Piensa) Me costó contestar esa pregunta.

-¿Está contento?

-Estoy contento desde todo punto de vista. No era obvio que pudiésemos llegar a buen puerto con este programa en 3 meses, pero se logró. El programa se va a tonificar. Le viene muy bien este shock. Estoy contento por el equipo: por los que vinieron conmigo desde El Espectador -la gran mayoría de los tertulianos, por ejemplo, me acompañaron- y por muchas otras personas que en algún momento pasaron por el programa y que para esta etapa aportaron ideas y trabajo.

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