ARTE

Columna: Ojo de plástico.

CARLOS REYES

En la Casa de la Cultura Afrouruguaya (Isla de Flores y Minas) se puede ver en estos días una exposición que lleva adelante el Centro de Fotografía, en la que se reúne interesante material sobre la historia de la cultura negra en Uruguay. La muestra, no muy grande en tamaño, tiene el mérito de exhibir fotos poco conocidas, y de ofrecer una mirada sobre el tema que supera los prejuicios con que tradicionalmente se abordó.

El conjunto de fotografías y textos recorre varias décadas del siglo XX, tomando como eje algunos asuntos, desde la fiesta, el espectáculo y el teatro, hasta la genealogía. Músicos, cantantes, bailarines, aparecen en el marco de una selección breve, pero que logró abarcar muchos aspectos.

Claro que el mundo no se divide en blanco o negro. Ni que la recuperación de la cultura afrouruguaya en un tema que recién ahora se esté revalorando.

Desde trabajos como los de Idelfonso Pereda Valdés, el tema fue desde muchas décadas atrás motivo de investigación, estudio y recuperación.

Alcanza pensar lo que fue el Teatro Negro Independiente (del que esta exposición recoge alguna imagen), para tener presente cómo más de medio siglo atrás ya había artistas e intelectuales embarcados en este trabajo de difusión y puesta en valor. Y en esas empresas no solamente intervinieron afrodescendientes, sino también otros uruguayos, como el abogado, actor y dramaturgo Andrés Castillo, quien bromeaba diciendo que él era “un negro honorario”.