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Las historias atrás de un saquito de té

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Nuño Pucurull

Artes plásticas

Obras de Nuño Pucurull están hasta julio en el Blanes

Hay muchos tés viejos”, dijo una niña a su madre frente a una obra de Nuño Pucurull en la exposición Ser para hacer y hacer para ser, del Museo Blanes, que hasta julio se puede ver de martes a domingos entre las 12.00 y las 18.00, con entrada libre. Pero antes, la niña se detuvo a leer cada una de las frases que el artista escribió con sellos de goma en 2014, el año en que murió.

La obra, como entendió a la perfección aquella visitante que no superaría los siete años, retoma un juego de palabras con “te quiero” y “quiero té” que los padres del artista hacían cuando “el buen humor campeaba en el ambiente familiar” y bebían té, según contó Nuño en el catálogo del 56° Premio Nacional de Artes Visuales, y citó el curador Gustavo Tabares para el catálogo de Ser para hacer.... En esas palabras, también hace una evolución del té de sus padres al té con su hermano Fernán, y la soledad del té para uno, luego de que este muriera en dictadura.

Tabares, que cuando conoció a Nuño aprendió que los saquitos no son frágiles porque, como le explicó el artista, están hechos de un papel que aguanta hasta el agua hirviendo -en la exposición se demuestra que también aguantan el tiempo-, logró transmitirle al visitante nostalgia y soledad, con el montaje.

Pero además, hace entender que allí, en la simpleza aparente de saquitos en un sepia natural, entre papeles que llevan impresos a los objetos cotidianos con los que alguna vez estuvieron en contacto, mediante tinta o porque, como moldes, imitaban la forma -una técnica a la que Nuño llamó “contactografía”-; o entre arcillas que dejaban registradas las huellas de las manos que las apretaban, hay una apelación a la memoria. Se apela a los recuerdos duros que le dejaron los 13 años que pasó detenido, entre 1972 y 1985, por militar para el MLN-T; y se evidencia una necesidad de contacto con la materia que, como explica el curador, surge en ese tiempo de aislamiento, y se transforma en motivo creativo en un arte que, aunque contemporáneo y en libertad, cuenta una historia de encierro. 

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