Desde el próximo domingo, Orientales de Lincoln Maiztegui con El País.

He sido docente y me siento sumamente involucrado con esa actividad, de hecho estoy permanentemente rodeado de muchachos jóvenes: algunos ex- alumnos, hermanos menores de exalumnos, me rodean mucho. He sido ajedrecista, he representado a Uruguay dos veces en competiciones olímpicas. Ahora lo tengo bastante abandonado, pero de alguna forma sigo cerca del ambiente del ajedrez. Por supuesto la historia ha sido una pasión en mi vida. Yo soy todo eso", dijo en una entrevista con Montevideo Portal, Lincoln Maiztegui Casas.

Era cierto. Como recordó El País en su obituario —tras su fallecimiento, el 11 de septiembre del año pasado—, Maiztegui era un "un hombre de múltiples intereses". A todos se dedicaba con una pasión y una curiosidad juveniles que lo acompañarían hasta sus últimos días.

Una manera de reencontrarse con su faceta de historiador es la colección Orientales (publicada por Planeta) su obra más ambiciosa, una historia uruguaya tirando a definitiva, que desde el próximo domingo 15 saldrá con El País, más cupón, más 160 pesos; son 12 volúmenes.

En Orientales se hace un repaso de los acontecimientos nacionales desde los orígenes a la primera presidencia de Tabaré Vázquez. Está todo y bien explicado porque Maiztegui era exhaustivo en sus investigaciones, polémico en sus conceptos y exquisito en su prosa.

El tomo 1 cubre desde los orígenes hasta 1830 y así se irá avanzando en la historia nacional en pasos grandes, a veces, y en otros más concentrados en eventos particulares. Su repaso a la llamada historia reciente es fundamental porque consigue contarla de una manera imparcial, aunque no le es esquivo a la opinión. "Sus libros de historia son, en el más legítimo sentido del término, libros de "profesor" antes que de "historiador", decía el periodista Guillermo Zapiola en el obituario de El País. La colección que publicará El País es imprescindible para entender cómo llegamos a dónde llegamos.

Maiztegui nació el 11 de agosto de 1942 y fue docente desde 1968 hasta unos años antes de morir. En su exilio español trabajó en El País y a su regreso también fue periodista y columnista de Búsqueda, Posdata y, principalmente, El Observador. Además de los cinco tomos originales de Orientales, publicó, entre otros, Caudillos y Doctores donde repasaba los grandes nombres de la historia nacional. Un intelectual que se echa de menos.

Se centra en la población autóctona, la revolución oriental, el ciclo artiguista y el proceso hacia independencia. Maiztegui no evade la polémica sobre la figura de Artigas, del que traza una síntesis biográfica muy completa.

Abarca el surgimiento de las divisas, la Guerra Grande, la consolidación del Estado y la guerra civil de 1904. El relato que Maiztegui consigue de la defensa de Paysandú es pasional, en un estilo muy característico del autor.

Se dedica, básicamente, al período batllista (o sea de José Batlle y Ordóñez), y al resquebrajamiento de la democracia (o sea el de la década de 1930). O sea una historia entre dictadores: de Latorre a Gabriel Terra.

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