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La Fuerza filosófica de una galaxia muy lejana

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Foto: Disney

“Star Wars y la filosofía”, un libro para complementar a las películas.

Qué tienen que ver San Agustín, Lao Tse, Friedrich Nieztsche y Søren Kirkergaard —entre otros— con Darth Vader, Luke Skywalker y los otros personajes de Star Wars? Bastante, según este libro —Star Wars y la filosofía, de Rocaeditorial— de reciente edición en Uruguay.

Editado por tres profesores de filosofía —William Irvin, Jason T. Eberl y Kevin S. Decker— los muchos autores de los ensayos de este libro indagan en los vínculos entre las tramas de las diferentes películas y varias de las corrientes filosóficas más importantes.

Establecer conexiones entre productos culturales masivos y la academia no es nuevo, claro. Ariel Dorfman y Armand Mattelart aplicaron enfoques académicos en su análisis sobre el Pato Donald en su famoso libro Cómo leer al Pato Donald, publicado en 1972.

El filósofo Slavoj Zizek hace años que analiza películas desde sus marcos teóricos preferidos. Más acá, los filósofos José Pablo Feinmann (Argentina) y Sandino Núñez han acudido a la cultura de masas para explicitar algunas de las teorías y corrientes intelectuales que inciden no sólo en la cultura en general, sino también en la política.

Los propios autores de este libro, además, ya hicieron lo mismo con algunas de las películas de Batman, la serie televisiva Sons Of Anarchy y las varias entregas sobre el robot asesino que siempre llega desde el futuro, Terminator.

En todos esos casos se trata de productos culturales jugosos para el análisis. Sons Of Anarchy, por ejemplo, arranca con el protagonista leyendo el diario personal de su fallecido padre, donde este reflexiona sobre el anarquismo y algunos de sus principales pensadores, como Bakunin y Emma Goldman.

En lo previo, el mundo de Star Wars no parece ofrecer un material tan rico. La saga fantástica disfrazada de ciencia ficción y creada por George Lucas, tiene un aire infantil que —prejuicio mediante— la haría poco apta para discusiones y reflexiones sobre la naturaleza del poder, la ética y otras cuestiones filosóficas.

El prólogo del libro tampoco ayuda: un compendio de lugares comunes demagógicos para congraciarse con los más fanáticos, esos que no aceptan que se trata de películas de Hollywood, ni de Shakespeare o Cervantes.

Sin embargo, el libro —que para hablar en términos cinematográficos es la secuela de otro libro de 2005— consigue plantear y desarrollar varias ideas a partir del menjunje de George Lucas.

En el primer capítulo, por ejemplo, se analiza la filosofía de los Jedi y los Sith para explorar aspectos del poder y la sabiduría: "Si el Jedi y Platón afirman que la paz es el más alto propósito, Nietzsche y el Sith replican que esa paz que buscan solo es natural en la tumba, y que la vida no busca la paz, sino el poder. Los Sith desean que el poder esté libre de cualquier límite, incluso del límite definitivo de la muerte. En su alegórica obra maestra Así habló Zarastustra, Nietzsche incluyó un capítulo titulado Sobre los desprecios del cuerpo (...) Zaratustra rechaza la vieja idea de que el cuerpo vulgar corrompe al alma luminosa, y de que el sabio es aquel cuya alma conquista al cuerpo. Al contrario, Zaratustra enseña: Tiene más razón tu cuerpo que toda tu sabiduría. (...) El cuerpo viviente es la fuente de la verdadera sabiduría ¡y por encima de todo, busca poder para vivir! ".

Pero en los ensayos también se discuten cuestiones más contemporáneas que la esencia de la sabiduría y el poder. En el sexto capítulo del libro se polemiza sobre qué es terrorismo, a raíz de la pregunta de si fue un acto terrorista destruir la segunda Estrella de la Muerte del Imperio en la película El imperio contraataca. En ese ataque, es razonable suponer que mueren civiles: "Un ejemplo clásico serían los bombardeos que Estados Unidos hizo en Hiroshima y Nagasaki, que mataron a decenas de miles de personas inocentes, incluidos millares de niños. Está claro que Estados Unidos tenía como objetivo a los civiles, en un intento de quebrar la voluntad del mando japonés y conseguir así la rendición incondicional (...) Sin embargo, muchos defienden la decisión a menudo de la siguiente forma: Matar inocentes es muy malo, pero ¿cuántos millones de soldados japoneses y estadounidenses deberían morir si se llevara a cabo una invasión terrestre tradicional, no sería eso peor? ¿No es preferible la muerte de unos miles a la de varios millones?. Démonos cuenta de que este es un razonamiento utilitarista. Al decir que algo es terrorismo, estamos diciendo que no hay nada que lo justifique, por muy deseable que sea. Hacer de inocentes un objetivo nunca tiene justificación, sean cuales sean las consecuencias". En el ensayo también se discute el conflicto palestino-israelí y los atentados de Al Qaeda en varios países europeos.

Otros capítulos abarcan discusiones sobre los alcances y los riesgos de la democracia, la relación entre hombre y máquina ("¿Son los droides capaces de pensar?") y el papel de la mujer en Star Wars: "Si existiera una Orden Jedi del feminismo, Simone de Beauvoir hubiera formado parte, sin duda, del Consejo".

La edición tiene algunos descuidos de ortografía y sintaxis, pero las indagaciones en las nociones filosóficas —con su tono didáctico pero no condescendiente— trascienden a las películas, aunque nunca dejan de tener contacto con ellas. Star Wars será una marca destinada a dar dividendos, pero el libro ofrece algo que va más allá del combo grande de pop y refresco.

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Foto: Disney

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