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La existencia, el tiempo y el azar en los pequeños detalles

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Fernando Sicco junto a una de sus obras de la muestra en el CCE. Foto: F. Flores
Nota a Fernando Sicco, Director del Museo Espacio de Arte Contemporaneo, ND 20170321 foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

Fernando Sicco inauguró muestra, Aquello, en el Centro Cultural de España.

Fernando Sicco exhibe su obra reciente en Aquello, la muestra que inauguró el 14 de marzo y que hasta el 3 de mayo está en el subsuelo del Centro Cultural de España en Rincón y Bartolomé Mitre.

Allí, Sicco —que dirige el Espacio de Arte Contemporáneo (EAC) en la excárcel de Miguelete— compila una serie de trabajos en soportes diversos: hay fotografía, instalación y video. Desde allí interpela sobre algunas cuestiones acuciantes: el paso del tiempo, la creación de la vida, la suerte y sus orígenes personales.

Para llenar aun más de vida, la muestra, la banda de sonido (disponible con auriculares) es el propio corazón del artista quien no sólo se expone indirectamente sino explícitamente. Una enorme fotocomposición lo une a él con una foto del artista como bebé. El efecto es inquietante.

Y también hay belleza en una instalación ("Inversión o el vientre del escarabajo") en la que crea vida a partir de las pelusas que salen de una máquina, precisamente, quitapelusas. La muestra, que es modesta en su recorrida, ambiciosa en su propuesta e interesante en su confección, está llena de detalles. Y muchas ideas.

El País conversó con Sicco, un artista nacido en 1961 que va por su sexta muestra individual en 35 años de carrera.

—¿Cómo surgió Aquello?

—Empecé a sentir necesidad de mostrar algo hace cosa de dos años aunque algunas obras son de bastante antes. Pero el trabajo en el EAC ha sido muy exigente y me impide presentarme a salones o conseguir fondos. Así que me dediqué a trabajar y cuando tuviera algo que hiciera cuerpo, pedir sala.

—Tu primera exposición es de 1991. ¿De dónde venís y de qué generación sos parte?

—Me formé sobre todo en fotografía, un par de años con Diana Mines, una instancia que fue muy importante para mi y ahí estaba por ejemplo Magela Ferrero, así que somos de la misma generación. También estudié con Carlos Amérigo donde profundicé más en laboratorio. Hacíamos fotomontajes analógicos, era todo un trabajo.

—¿Echas de menos eso que era más artesanal?

—No, fue una etapa. Al contrario, si hay algo distinto en este momento —que quizás tuvo que ver con la experiencia del EAC de todos estos años y haber tomado contacto con muchos artistas y curadores y así abrirme a lo más colectivo— es que hay más obras en la que naturalmente quiero asociarme con otros para hacerla. Antes era mucho más yo encerrado en el laboratorio o editando videos durante días.

—Te gusta lo colaborativo.

—Hay una manera de pensar la experiencia del EAC por la incidencia que ha tenido en el medio como si fuera una gran colectiva que de algún modo me tocó dirigir pero construimos entre todos. Pero hoy por hoy con todos esos límites laxos sobre qué es arte, intervenir una prisión con todos los artistas nacionales y muchos extranjeros. Y nos dejaron hacerla con un importante grado de libertad.

—Dirigir el EAC es una posición de poder en el arte.

—No por como yo lo hago pero sí en el sentido de asumir una responsabilidad muy grande y más si no hay una política oficial en arte contemporáneo muy clara. Actúo con mucha libertad y cosechando aprobación de los artistas. Todo el equipo del EAC brinda un soporte atractivo.

—En tu obra hay siempre algo narrativo. ¿Es así?

—Puede ser. Alguien ha dicho que uno siempre saca la misma foto. Es un poco eso: siempre podés rastrear las mismas preocupaciones y las mismas preguntas en un artista aunque con distintas respuestas.

—¿Y cuál es tu preocupación constante?

—He hecho cosas que tienen que ver con la existencia y la experiencia propia, o con traer la implicación personal cuando hablás de un tema general; tuve una muestra llamada Existir. Y es por esas preocupaciones y ese interés que arrastro desde la adolescencia es que me incliné también por el psicoanalisis. Y no al revés. No soy un psicólogo que hace arte: soy esta persona que desde siempre se vinculó al arte de distintas maneras y que descubrió el psicoanálisis en Preparatorios. Todo ocurrió al mismo tiempo.

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Fernando Sicco junto a una de sus obras de la muestra en el CCE. Foto: F. Flores

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