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El escritor dueño de la polémica después de Charlie Hebdo

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El autor es toda una estrella de la literatura en Francia

Desde el atentado al semanario Charlie Hebdo, el escritor francés Michel Houellebecq vive con escolta policial. Su última novela, Sumisión (recientemente editada y disponible en Uruguay bajo el sello Anagrama, a 590 pesos) tenía su salida a la venta en Francia prevista para la misma mañana en que ocurrió el atentado, con el agregado de que la novela, ambientada en el año 2022, plantea una Francia gobernada por un partido islámico.

Entre el drama del atentado, el miedo por ser señalado como "islamófobo" y el éxito de una novela fatalmente vaticinadora, el polémico escritor francés empieza ahora a recorrer el mundo con su más reciente novela.

La historia está ambientada en el año 2022, después de unas elecciones presidenciales ganadas por Mohammed Ben Abbés, lo que provocará al poco tiempo cambios en la vida cotidia-na de los franceses y hará que el protagonista del relato, François, un profesor universitario experto en el escritor Joris-Karl Huysmans, se plantee abrazar la fe islámica. Hijo de una mujer que practicó a lo largo de su vida "zapping espiritual" y que murió como cristiana ortodoxa, el "enfant terrible" de las letras francesas explicó que cuando empezó a escribir la novela su primera intención fue que François se convirtiera a la fe católica, pero cambió de opinión cuando vio que le costaba plasmarlo.

Años atrás, Houellebecq dijo públicamente que el islam era "la más estúpida de las religiones" y desde entonces ha sido tachado en numerosas ocasiones de antiislamista. En tiempos donde el tema está en boga, su novela, que toca el tema de frente, genera varias lecturas en todo el mundo. Sin embargo, para el autor lo importante era hablar de la política y de cómo las religiones son utilizadas para puestos de poder. "He construido el libro con un pobre personaje al que le quito todo: su novia, sus padres, su trabajo, su vida social, su posible conversión al catolicismo e incluso su relación con Huysmans. Al final, no le queda nada, solo problemas. Es entonces cuando aparece alguien que le propone dos o tres mujeres y un nuevo salario. A cambio, solo tiene que renunciar a su libertad de conciencia, lo que es una propuesta tentadora", argumentó.

Política.

El escritor, que actualmente se encuentra en Barcelona presentando Sumisión, cuya edición en español ya está en librerías uruguayas por Anagrama, confesó que no sabe qué haría puesto en el lugar de su personaje. Eso sí, de momento, Houellebecq dice estar muy a favor de la "democracia directa, porque la democracia representativa es una impostura".

El escritor de otras novelas que se pueden encontrar en librerías, como El mapa y el territorio, ha aseverado que la "democracia directa es la única manera de salir de la crisis política en la que estamos inmersos" y no ha dudado en indicar que se deberían suprimir los parlamentos y que todas las modificaciones de ley partieran de un referéndum o de iniciativas ciudadanas. En el caso de Francia, mantendría al presidente de la República, "pero se le podría hacer dimitir en cualquier momento".

En una larga rueda de prensa ofrecida a medios españoles, Houellebecq dejó caer otras perlas, como que la izquierda francesa es "muy agresiva, porque se siente amenazada y quizá condenada" o que Francia es un país "extraño, paradójico, de gente deprimida, pero con una tasa de natalidad que sigue siendo alta". Asimismo, mantuvo que son "colaboracionistas por naturaleza". "Lo siento", apuntó.

Houellebecq señaló que ha leído el Corán y que "lo peligroso" son las "interpretaciones violentas" que de este texto se hacen. Además, recordó que el Corán trata sobre cómo deben comportarse los musulmanes con judíos y cristianos y esto es algo que no ha adoptado el grupo yihadista Estado Islámico (EI), a quien atribuyó una "versión aberrante" de este libro.

Aunque ve abierta una falla "cada vez más grande", cree que la "única pequeña ventaja" de lo que ha ocurrido en los últimos meses en su país es que muchos apuestan por no "estigmatizar" a los que practican la religión de Mahoma.

Por otra parte, calificó de "escándalo" que se dé la palabra a los economistas, unos profesionales que sería "ideal" que no existieran. Aunque con cambios en su vida desde los atentados de Charlie Hebdo, el escritor afirmó que no tiene miedo "pero quizá me equivoque". Sobre los guardaespaldas que ahora lo siguen a todas partes, Houellebecq aseguró en tono jocoso que "son simpáticos". BASADO EN AGENCIAS

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