—¿Cómo surgió El Congreso de los Feos que acaba de editar Planeta?—En realidad lo escribí hace 15 años. Todo empezó cuando estaba trabajando en México e hicimos un juego de improvisación teatral. Había que poner papelitos en un sombrero y proponer temas para improvisar y a mí me salió poner "el congreso de los feos" y todo el mundo se rió.

—¿Cómo surgió El Congreso de los Feos que acaba de editar Planeta?

—En realidad lo escribí hace 15 años. Todo empezó cuando estaba trabajando en México e hicimos un juego de improvisación teatral. Había que poner papelitos en un sombrero y proponer temas para improvisar y a mí me salió poner "el congreso de los feos" y todo el mundo se rió.

Dos años después, cuando ya estaba trabajando en Canadá, mientras mis alumnos estaban haciendo un examen escribí la primera frase: "Me llamo S y soy el niño más feo del mundo". De esa frase salió toda la novela.

—¿Entonces el hablar del tema del bullying en el libro no fue algo buscado?

—Para nada, fue algo lateral. En la época que lo escribí tenía hijas chicas que estaban en la escuela y también tengo recuerdos de mi propia experiencia de cuando era chica, de sufrir intimidación (así se le dice en Canadá). Eso siempre existió. Se ve que fue algo que me marcó mucho porque salió en mi primera novela

—La primera imagen del libro es un chico que se corta la nariz ¿no le surgieron ciertas dudas a la hora de poner algo que puede parecer fuerte para un niño?

—Soy profesora pero siempre separé la pedagogía de la literatura. Cuando la historia es auténtica se pueden decir las cosas más crudas porque el niño lo entiende. Es cierto que imágenes fuertes, es un niño que trata de cortarse las orejas y la nariz porque se burlan de él, pero también es una historia de amistad. Cuenta cómo dos niños que no fueron favorecidos por la vida se unen y es ese el mensaje. La literatura es contar una historia con todo lo que viene, no con una misión educativa, aunque sea para niños.

—¿La amistad es algo que te interesa en particular?

—Es cómico porque hace poco me di cuenta de que el hilo conductor de mis seis novelas es la amistad. Para mí es algo fundamental, es lo más maravilloso que uno tiene, es incondicional.

—Tenés novelas tanto de niños como de adultos, ¿cómo es para vos ese pasaje?

—Para escribir una historia para niños uno no tiene que ser el adulto que cuenta la historia al niño, tienes que ser el niño. No es un acto de voluntad, yo cuando escribo para niños —cuando escribo cualquier cosa en realidad— me meto tanto en el personaje que soy él y me olvido del adulto. Ahora que mis hijas son grandes decidí que no quería escribir más para niños, pero ahora, que estoy escribiendo un libro nuevo, me salió para niños. Si es para niños o para adultos me lo pide el tema.

—Tu libro tiene elementos de realismo mágico ¿tuviste influencias de esa corriente?

—A mí un autor que marcó muchísimo fue García Márquez, una frase que me quedó fue: "Los peces atravesaban las piezas porque el aire estaba muy húmedo". Ahí me di cuenta de que quería escribir porque ahí es todo posible. En la literatura franco hablante hay menos de esas locuras. En mis últimos libros hay menos realismo mágico, a medida de que pasaron más años desde que me mudé a Canadá. De esa literatura me marcó mucho Marguerite Duras, que tiene frases cortitas, como cortadas con cincel.

Nombre: Lucía Flores - Nació en: Montevideo Otros datos: Vive en Quebec, Canadá.

Estudió en el Instituto de Profesores Artigas y es Doctora en Lingüística y desde hace 30 años vive en Quebec, Canadá. Es profesora de español, francés como lengua extranjera y didáctica en la Universidad Laval. El Congreso de los Feos es el único libro que escribió en español, escribió otros cinco en francés, para niños y adultos. El Congreso de los Feos fue publicado y vendido en Canadá, Uruguay, Argelia y en Europa.

Lucía Flores