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Enemigo de las estrellas

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El mundo del espectáculo quiere evitar que el magnate llegue a la Casa Blanca. Foto: Reuters
Republican U.S. presidential candidate Donald Trump arrives at a campaign rally at the Richmond Coliseum in Richmond, Virginia, U.S., June 10, 2016. REUTERS/Joshua Roberts USA-ELECTION/TRUMP
JOSHUA ROBERTS/REUTERS

El mundo del espectáculo lanza toda su artillería para evitar que el magnate llegue a la Casa Blanca.

Nadie tiene más prensa que ellos, así que son enemigos poderosos. Habrá que ver si tan poderosos como evitar la llegada a la Casa Blanca de un candidato.

En las últimas semanas varias estrellas de Hollywood han demostrado su rechazo al candidato presidencial del Partido Republicano, Donald Trump. Lo han hecho a través de declaraciones, burlas, parodias y hasta imitaciones. Cada uno pelea con lo que tiene.

Muchos, por ejemplo, anunciaron que se mudarían de país si Donald Trump llega a la Casa Blanca. Otros lo han comparado con Hitler. Es que comentarios contra los mexicanos (a quienes acusó ser violadores y llevar la droga al país, por lo que prometió la construcción de un muro fronterizo), musulmanes, el calentamiento global, entre otros tópicos que formaron una imagen que pocos liberales, como los que abundan en Hollywood, pueden apoyar.

Los AntiTrump.

Miley Cyrus, Meryl Streep, Richard Gere y hasta el papa Francisco se han pronunciado contra el magnate Donald Trump. La cantante Miley Cyrus y la comediante Chelsea Handler, por ejemplo, coinciden en eso de que "si es presidente me voy del país".

Otros famosos han optado por el boicot para expresar su rechazo. Ricky Martin indignado por los comentarios contra los inmigrantes, decidió no utilizar el Trump International Golf Club de Puerto Rico, donde su fundación suele realizar un torneo a beneficio.

Otros artistas latinos como la actriz Salma Hayek y los cantantes Pitbull y Marc Anthony han denunciado el tono discriminatorio que abunda en la retórica del magnate de bienes raíces que quiere ser inquilino de la Casa Blanca.

Las redes sociales inevitablemente han sido un faro desde donde apuntar contra el magnate. La cantante y actriz Cher dijo en Twitter: "¡El ego de Donald Trump está tan inflado como el (dirigible) Hindenburg! Su nombre aparece en el diccionario al lado de pend... insoportable". O como Jeannie Mai, quien utilizó su cuenta de Instagram para anunciar su renuncia como copresentadora de Miss Estados Unidos, días antes de realizarse el certamen que organiza una de las empresas de Trump.

Más recientes han sido las declaraciones de Richard Gere, quien, de visita en Roma, dijo que "Trump mete miedo" y que "no deberían tener miedo solamente las personas sin techo, sino también las mujeres y los periodistas, además de todos los librepensadores, y sin duda alguna los musulmanes". Además declaró que "Trump es el Mussolini de Estados Unidos, aunque la gente inteligente no se está dando cuenta de esto".

Otro peso pesado de Hollywood, el actor George Clooney, disparó fuertemente contra Trump a quien definió como "simplemente un oportunista. Es un fascista, un xenófobo fascista". Incluso el papa Francisco declaró que "una persona que solo piensa en construir muros, sea donde sea, y no construir puentes, no es cristiana".

La más reciente enemiga de Trump es Meryl Streep, votante declarada y amiga de Hillary Clinton, quien prefirió hacer una imitación del republicano para burlarse de él y marcar la diferencia con la candidata del Partido Demócrata. Se suponía que la tres veces ganadora del Oscar daría vida a la candidata Clinton en la gala anual en honor a Shakespeare en Nueva York. Sin embargo, horas antes, la actriz decidió interpretar un personaje más bizarro: Trump. Por eso pintó su cara con un ungüento naranja, como el bronceado artificial del republicano con las dos aureolas blancas que delatan el uso de cama solar. Y para personificarlo mejor, hizo de su pelo un nido y lució una corbata roja y una panza ostentosa.

Pero el mundo de la comedia ha sido la que mejor ha tomado nota de los modismos y gestos del candidato republicano para reírse de él. Como Jimmy Fallon, quien pintó su cara e imitó los gestos particulares del magnate. Al igual que el actor Johnny Depp, quien realizó un divertido video vintage, para Funny or Die, ambientado en los años ochenta, cuando Trump comenzaba a ser noticia en el mundo del espectáculo, gracias a sus comentados divorcios. Para la misma compañía el actor de origen mexicano George López, realizó su propia versión de Trump, a quien llamó Donaldo Trumpez, el número 48 entre los más ricos de México.

Pero los famosos no siempre logran que un candidato ocupe el cargo en la Oficina Oval.

Muchas celebridades (Madonna, Ben Affleck, Stevie Wonder y Robert De Niro), por ejemplo, se unieron para apoyar al candidato demócrata Al Gore en 2000, y festejaron con él su presunta victoria hasta que se percataron que había ganado George W. Bush, quien había sido (y lo seguiría siendo durante sus dos presidencias) vilipendiado y caricaturizado por la comunidad artística. Aunque ello no le haya hecho mucho daño.

Trump también tiene seguidores famosos.

Pero no todas las celebridades se encuentran del lado demócrata. Varios actores y celebridades como Arnold Schwarzenegger, Clint Eastwood y Jon Voight son declarados votantes del Partido Republicano, aunque en apoyo a Trump no han salido. Quienes sí han manifestado su apoyo a la candidatura del magnate a la Casa Blanca han sido el antiguo Hulk, Lou Ferrigno, el basquetbolista Denis Rodman, así como Willie Robertson, conocido por el reality Duck Dinasty, y Jesse James, famoso por engañar a su esposa Sandra Bullock. Pero también Paul Hogan ha señalado que apoya la candidatura de Trump. El actor Charlie Sheen, quien ha tenido comentarios ambivalentes con respecto a Trump, ha afirmado que lo votará. Así, de a poco, las luminarias republicanas comienzan a aparecer en el firmamento, mientras la carrera por la Casa Blanca toma velocidad.

Los Obama y su relación con los medios.

Pocos presidentes han tenido la bendición de los medios como Barack Obama y su esposa Michelle. Han sacado provecho de las presentaciones y entrevistas, donde siempre se muestran distendidos, graciosos, y hasta bromean sobre su rol como presidente y primera dama. Los Obama han demostrado así, que existe otra manera de relacionarse con los medios de comunicación.

Tanto Barack como Michelle se han erigido como precursores de la política con mezcla de espectáculo. Y lo han demostrado en distintos programas de televisión, tanto diurnos como nocturnos. Aunque es el presidente quien tiene una mayor veta jocosa. Como cuando le dijo a Zach Galifianakis, conductor de Between two ferns (entre dos helechos): "Cuando escuché que la gente de verdad venía a tu programa, me sorprendió".

Otros presentadores como Jimmy Fallon, Ellen y Jimmy Kimmel también han tenido a la pareja presidencial, siempre buscando el comentario divertido, porque saben que los Obama responden y sus comentarios rinden en el rating. Así es que se han paseado por distintos programas de televisión: Michelle bailó con Ellen y Barack le dijo a Jimmy Kimmel que no se pasea en ropa interior por la Casa Blanca. Pero también usan esos programas para la política, como cuando le dijo a Fallon, aludiendo a Trump, "Esto es un trabajo serio y no un reality show".

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El mundo del espectáculo quiere evitar que el magnate llegue a la Casa Blanca. Foto: Reuters

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