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Del conventillo al Parlamento

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Rosa Luna adoraba al Club Nacional de Fútbol. En la foto, 1972, Cubilla recibe el beso. Foto: archivo El País

Hoy en el Palacio Legislativo se celebran 80 años del nacimiento de un mito del Carnaval.

Vea el interactivo Rosa Luna: 80 años de una leyenda.

Tuvo todo para convertirse en leyenda popular, y ayudada por el destino, lo pudo aprovechar. Hoy se cumplen 80 años del nacimiento de Rosa Luna, y en el Palacio de las Leyes habrá un tributo a su memoria, con la participación de artistas y oradores que la conocieron de cerca. La actividad 80 años de una leyenda. Homenaje a la señora Rosa Luna será esta tarde desde las 19.00 en la Sala Acuña de Figueroa, del Edificio Anexo del Palacio Legislativo.

Allí habrá un concierto encabezado por Raúl Abirad, que fue el marido de la artista. Acompañado de Alicia Caramelo Sánchez, tocará el grupo Candomberos Entrerrianos, y otros referentes del candombe, como Yabor, además de un selecto grupo de percusionistas, cantantes y vedetes, en lo que promete ser una fiesta de la cultura afrouruguaya. Gustavo de los Santos actuará como presentador, y una pantalla gigante exhibirá escenas de la artista.

Rosa Luna tuvo un itinerario propio de una leyenda. Su cuerpo escultural y su temperamento la hicieron destacar desde muy joven como vedete de Carnaval. En la década de 1960 ya se había convertido en una de las figuras femeninas más celebradas de ese género, rivalizando con Martha Gularte. Nació además en el conventillo Mediomundo, hecho que reforzó su vínculo con lo más simbólico del universo candombero. Una infancia y una juventud difíciles, y una carrera exitosa, hicieron de ella la imagen de la mujer que había alcanzado su sueño con talento y esfuerzo.

Junto con el éxito fue creciendo su compromiso social, y su apoyo a la comunidad negra. Una muerte relativamente temprana, a los 55 años, terminó de cristalizar su dimensión legendaria. "El martes 20 celebramos 80 años de su nacimiento, y un año más de su partida, porque ella fue sepultada el mismo día de su cumpleaños. Yo siempre lo que rescato es como ella, a pesar de ser muy aplaudida, siempre mantenía la humildad, y se acordaba de la gente querida. Yo a veces cobraba, y ella tomaba el dinero de sus actuaciones, y separaba una parte para darle a la gente que necesitaba y ella quería. Yo estoy rodeada de lujos y ellos no están bien. A ella el dinero no le importaba", afirma Abirad al recordar a su esposa.

"Ella decía que era una negra candombera, más que una vedete. A ella lo que le gustaba era bailar. Sentía que el tambor la transportaba, y de esa manera se liberaba de todo. Con eso ella expresaba alegría. Mientras duraba la danza, muchas cosas se olvidaban. Bailar era algo que lo sentía muy de adentro, era ancestral. Ella siempre decía que no podría enseñar a bailar candombe. Porque decía que no tenía una coreografía, que se movía como lo sentía en ese momento, según su estado de ánimo", cuenta Abirad, que está preparando un libro aniversario sobre la vedete, que se llamará Rosa Luna. Del conventillo a la leyenda.

Muy defensora de la comunidad afro, Rosa Luna también llevó por el mundo su arte, dándolo a conocer en diversas geografías, y actuando mucho para uruguayos residentes en el exterior. Todo eso fue multiplicando el cariño que la gente sentía por ella. "Se calculó que unas 500 mil personas participaron cuando llegó el féretro de Canadá, desde el aeropuerto hasta Agadu, donde fue velada. Todas las calles abarrotadas de gente. Cuando pasó por la sede de Nacional, se estima que había unas 10 mil personas. Dicen que solo fue comparable con la muerte de Batlle y Ordóñez. Y mucha gente se sumó a la caravana —no digo a sacar provecho—, sobre todo dirigentes políticos. Le hicieron unos homenajes, y luego a nivel oficial su figura quedó olvidada. Recién ahora se está reactivando", remató su viudo.

Rosa Luna adoraba al Club Nacional de Fútbol. En la foto, 1972, Cubilla recibe el beso. Foto: archivo El País
Rosa Luna adoraba al Club Nacional de Fútbol. En la foto, 1972, Cubilla recibe el beso. Foto: archivo El País

Una ídola del Carnaval cuya popularidad fue solo en aumento

Rosa Luna nació en Montevideo en 1937 y falleció en Canadá el 13 de junio de 1993. "Ella nació en el 37, no hay que hacerle caso a Wikipedia, que dice 1939", puntualiza Raúl Abirad. Y en ese lapso de más de medio siglo, el Carnaval montevideano había tenido grandes cambios, que la vedette vivió, y sufrió, muy de cerca.

"Ella decía que el tema del dinero, los aspectos comerciales, en el Carnaval, en el candombe, lo iba modernizando y se lo estaba sacando de su estructura original. Y ella decía, si no paramos eso, dónde va a ir a parar. Y hoy los referentes del candombe le dan la razón, porque se ha perdido muchísimo. Hoy son más parodias que comparsas de negros. Están dejando de lado hasta la ropa del candombero, se dejan de lado los personajes tradicionales", reflexiona Abirad.

"Ella, en sus últimos desfiles, ya se estaba reglamentando más. Incluso le pusieron seguridad oficial, para evitar que la gente le entorpeciera el paso. Ahí se empezaron a generar ese tipo de normativas, con las que ella estaba en contra, porque decía que le quitaba al Carnaval lo básico, que era la comunicación con la gente. Ella no quería que le pusieran seguridad, porque lo que más le gustaba era besar a los niños, sentirse rodeada, abrazada. De lo contrario, no era ella. Eso le daba esa cosa eminentemente popular".

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