Mariano Sigman explica cómo es que funciona el cerebro.

El currículum de Mariano Sigman es muy extenso. Estudió Matemática y Física en la Universidad de Buenos Aires, se doctoró en Neurociencia en Nueva York, y más tarde se mudó a París para seguir investigando y aprendiendo. Fue formado por premios Nobel, ganó premios, dio charlas TED, habló en televisión y escribió libros. Por eso, Sigman, parece una de las personas más indicadas para hablar al público general de la neurociencia, un tema que está en auge.

El último libro del científico de 44 años se llama La vida secreta de la mente y habla de qué pasa en nuestro cerebro cuando tomamos decisiones, sentimos o pensamos, desde niños hasta adultos. "Ahora la neurociencia se ha puesto un poquito de moda y hay mucha gente que se dedica a contarla, pero en este libro se cuenta desde adentro. Los protagonistas que menciono fueron todos compañeros o colegas, no es una literatura que mire desde lejos", cuenta en una charla telefónica con El País, y agrega: "es como un libro de cocina contado por un chef".

El conocer cómo funciona la mente y los procesos de toma de decisiones sin duda es algo útil y, por esa misma propiedad, a veces el libro es catalogado de "autoayuda", algo que no molesta a su autor. "Entre mis colegas hay una especie de horror de que les asignen su libro a la categoría autoayuda. Yo creo que la autoayuda no tiene nada de malo, el emancipar a alguien y darle herramientas para no sufrir tanto. Sí es malo dar recetas berretas para eso y decir cosas infundadas", asegura.

En La vida secreta de la mente, por el contrario, sobran las investigaciones y los experimentos a la hora de explicar los procesos que ocurren en el cerebro en situaciones, pero no por eso se vuelve engorroso, sino que conecta con ejemplos de la vida cotidiana.

—¿Te costó adaptar tus conocimientos a algo que pueda entender la gente sin formación científica?

—Siempre me gustó poder contar lo que nosotros hacemos en el laboratorio de manera sencilla y plana. Este libro también es un ejercicio expresivo, en realidad, al hablar de ciencia de forma llana, entretenida y provocativa.

—Incluso hablás de Harry Potter, de cine y literatura.

—Sí, me vi las películas un montón de veces. La neurociencia como la veo yo tiene que ver justamente con descubrirnos, entender nuestras decisiones, nuestros anhelos, celos y vicios. Para mí esta búsqueda es compartida con muchas otras ramas, como el cine. Las grandes epopeyas tienen que ver con esto.

—El libro me resultó muy útil. ¿Creés que es algo que todos deberían saber?

—Es un lugar incómodo ese porque no soy quién para decir que lo que escribo es necesario saberlo, pero sí creo que es útil. Es un libro de ciencia, yo no le vendo a nadie que con esto va a ser feliz. La felicidad forma parte de un proceso arduo de búsqueda en un montón de lugares. Este es uno.

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