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"Siempre estuve del lado de la gente"

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"Sé que mucha gente me quiere y mucha gente me odia". Foto: D. Borrelli.
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Aunque no hace tanto, había dicho que iba por el record de permanencia al frente de un informativo que tiene Jorge Traverso (23 años en Subrayado), el martes Fernando Vilar dejóde estar al frente de Telenoche 4, el noticiero que condujo durante 22 años.

Aunque hay rumores de todo tipo, Vilar dice que su salida es fruto de un acuerdo con el canal al que se llegó por un desgaste personal y la necesidad de cambios del noticiero. Y que se marcha sin rencores mutuos. De eso habló con El País.

—¿Cómo fue esta primera semana sin Telenoche?

—Rarísima. El primer día no lo miré. El segundo, solo un tramo. El tema es que lo miro menos descontracturado, no como alguien que tiene incidencia sino como un espectador pasivo.

—El sentimiento puede ir del alivio al resentimiento, supongo. ¿Cómo se sintió usted?

—Es una sensación muy extraña. Yo me había acostumbrado a que mi vida era Telenoche y no sólo detrás de cámara o dentro del canal: no había lugar al que yo fuese que no me hicieran referencia a algo del departamento de prensa, del informativo o del propio canal. Tenía una vinculación muy especial con el canal más allá de las cámaras. Hacía 22 años que conducía el informativo pero 24 que estaba en el canal y yo me sentía representándolo 24 horas al día.

—¿Cómo fue el proceso de su salida del informativo? Pareció bastante repentino y los trascendidos indican que también fue repentino para usted.

—Mi salida del canal se da por varias causas. Las importantes son la cantidad de años que estaba allí y que podía haberme retirado el año pasado cuando cumplí 60 años. Ese día le dije al canal que ahora era yo el que podía decidir cuándo me iba y el canal no quería que yo me fuera. Pero yo estaba muy cansado en el más profundo sentido de la palabra. Cuanto más gente hay en un equipo, más errores se pueden cometer y en los últimos tiempos los errores que cometíamos me ponían de muy mal humor. Un trabajador normal asume un error como lo que es, un error y nada más, pero a mí en algunos errores se me iba la vida. Y me cuestionaba por qué estaba allí. En verdad, estaba muy desgastado.

—¿Errores suyos o ajenos?

—Los cometía yo también. Por distraído, por inadvertido. Errores humanos que pasan en cualquier lado. Era la señal más clara de que estaba desgastado.

—Y entonces, usted está diciendo que irse del informativo estaba en sus planes.

—Cuando empecé a pensar en retirarme, miré al costado y el sucesor era Daniel Castro. Pero él se fue y eso puso una especie de luz amarilla en el sentido de que "si yo me voy qué". No podía ser tan desagradecido con el canal de irme en un momento que estaban buscando alguien que ocupara mi lugar. Eso puso un freno en todo el andamiaje. Entonces cuando Daniel concreta su retorno, se cierra todo: Vilar sigue cansado porque hizo un ciclo de 22 años al aire de todos los días por lo que tenía derecho a pensar si la gente ya no compraba esta cara. Cuando se da todo faltaba un detalle que fue que los nuevos directores manifiestan la voluntad de hacer cambios en Telenoche y ahí yo dije que no, que no podía arrancar otra etapa. Y este es el momento. Y cuando uno decide algo así, lo mejor es que suceda ya.

—Está diciendo que no lo echaron...

—Hubo un acuerdo y tengo las puertas del canal abiertas. Hasta estamos pensando en tal vez volver a ocupar un lugar que no sea frente a cámaras. El stress de la luz prendida y ser la cara visible de un trabajo de equipo, es demasiado desgastante.

—Entiendo, pero en toda esa ecuación, algún lugar tiene que tener su ego.

—El ego estaba absolutamente controlado. El ego era un inquilino mío que hacía lo que yo le decía. Siempre supe que Fernando Vilar era uno frente a las cámaras e iba a dejar de serlo cuando saliera de allí. Siempre fui un ser común y corriente detrás y frente a las cámaras. El ego nunca me dominó.

—El martes, su último día en Telenoche, en la radio, habló de lo cansado que estaba de ser Fernando Vilar full time. ¿Ya sabía que se terminaba su vínculo con el canal?

—No. Eso fue de tarde. Por lo visto no tendría que haberme levantado ese día.

—Entonces, para entenderlo, a pesar de que era lo que usted quería no se enteró de que se había concretado su salida hasta el mismo día.

—Tuvimos una reunión en la que yo avisé que estaba muy cansado y que como habían arreglado con Daniel era el momento.

—¿No fue una situación incómoda, su despedida al aire con Castro al lado?

—Yo pedí eso. Una apuesta personal porque soy profesional. Y quería que estuviera Daniel.

—¿Cómo evalúa el cariño de la gente hacia usted?

—Me afilio a una frase que tenía el fallecido contador Damiani: "uno no es monedita de oro para que lo quieran todos". Sé que hay mucha gente que me quiere y mucha otra que me odia. Eso pasa siempre.

—Hay rumores de que en un sondeo encargado por el canal dio que su imagen era negativa.

—Me dijeron pero si esa concusión es verdad me la ocultaron. Ese tipo de estudios concluyen fortalezas y debilidades de una persona y si sirve, lo que se hace es trabajar sobre esas debilidades. A mi me dijeron que el estudio había dado que me enojaba mucho con mis compañeros de trabajo y, sí era así. Esa era una cruel realidad.

—Hablando de molestias y de percepciones, usted ha sido bastante políticamente incorrecto en algunas cuestiones que quizás haya marcado su imagen pública. Su defensa, en su momento, de la crónica roja.

—Nunca quise ese papel. Eso se generó en un triste día de una charla en Flores para la que me dijeron que hablaba a las tres de la tarde y terminé subiendo a las 10 de la noche y muy molesto. Además coincidió que ese fue uno de los peores momentos de Telenoche porque teníamos un gerente de noticias al que le gustaba la truculencia de la información policial, había mucha sangre, le poníamos música a las noticias. Yo no estaba de acuerdo pero tenía que defender mi producto. Y quedé como el amarillista solo porque tenía que defender un producto con el que no estaba de acuerdo. Y lo defendí a capa y espada. Ahí empecé a decir cosas como "la sangre vende" lo que era verdad porque cuando fuimos para ese lado la gente nos premió con el rating. La gente veía cosas que yo no quería que viera.

—Es fácil decirlo pero podría haber renunciado.

—Lo que pasaba era que entonces yo no tenía causal jubilatoria y tenía una familia y obligaciones. Y aquella vez en Flores me desboqué y dije que las noticias policiales estaban porque vendían. Pero todo fue simplificado de una manera perversa.

—Usted se ve como un mejor periodista de lo que ese incidente puede haber dejado en manifiesto.

—Eso no me corresponde decirlo a mi. Siempre intenté hacer el laburo de la mejor manera y del lado de la gente. Siempre estuve del lado de la gente porque era la que nos sustentaba. El mejor informativo del mundo, si no lo ve nadie dura un mes; el peor informativo si lo ve todo el mundo dura toda la vida.

—Pero igual, Telenoche hace tiempo que abandonó la crónica roja.

—Con la llegada del (gerente de informativos) Claudio Romanoff, hubo un cambio radicalísimo.

—Y usted se sintió más cómodo...

—Absolutamente. Esa vez, la empresa decidió cambiar y dio señales para todos lados. Hoy, con mi salida, el canal está diciendo que el informativo va a cambiar. Y yo precipité esos cambios porque había cosas con las que no me sentía tranquilo.

Fernando Vilar: "Ahora no quiero nada que me estrese".

"Recién estoy aterrizando y empezando a ordenar las ideas", dice Vilar, 72 horas después de haber dejado el sillón principal después de 22 años al frente de Telenoche 4. Lo seguro es que sigue con De primera mano, su programa matinal (va de 7 a 9) en Radio Cero, que pertenece al mismo grupo que canal 4. "Allí sigo hasta que yo quiera porque la radio está muy conforme conmigo a todo nivel", dice.

Entre sus planes, anuncia, hay una conversación pendiente con el canal (donde "las puertas quedaron abiertas" y para el que sólo, dice, guarda agradecimiento) para ver qué posibilidades hay de un nuevo puesto pero, eso sí, aclara, detrás de cámaras porque "no quiero más stress". Igual dice misteriosamente, ya recibió ofertas de otros medios. No dice cuáles.

Vilar nació en Portugal en 1954 y llegó a Uruguay a los seis años tras una odisea transoceánica que aún recuerda. Estudió hasta tercer año de Derecho y fue guarda y conductor de Cutcsa. En el periodismo estuvo en El Espectador y Canal 5 y desde 1991 en Canal 4 donde empezó como coordinador de Teledía, fue subgerente de noticias y conductor del informativo central desde 1993, cuando se fue del canal Jorge Arellano, un periodista que él dice que de los conductores de informativos, es el mejor por varios cuerpos.

—¿Y en esa carrera, usted entra en el marcador?

—Yo quedo justo al lado de él.

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"Sé que mucha gente me quiere y mucha gente me odia". Foto: D. Borrelli.

Fernando VilarFERNÁN CISNERO

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