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Tierra Adentro: la historia detrás del show que se llevó el Botón Dorado en "Got Talent"

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Carlos Borthagaray y Joaquin Rodríguez de "Tierra adentro". Foto: Darwin Borrelli

ENTREVISTA

El director de la compañía Tierra Adentro cuenta sobre su escuela de danza, cómo fue recibir el Botón Dorado de los jurados de Got Talent y cómo se preparan para la semifinal

El director de la compañía Tierra adentro, Carlos Borthagaray habla de su escuela de danza, los ensayos para esta presentación y también de cómo fue guardarse el secreto de su pase a la semifinal en el concurso de talentos que el lunes pasado le entregó el segundo Botón dorado en Got Talent Uruguay.

—La compañía Tierra adentro tiene 10 años, ¿por qué decidieron presentarse en Got Talent Uruguay?

—Por las oportunidades, para mostrarnos y dar a conocer el talento que hay en el Uruguay y el que tenemos nosotros. Hace 10 años que estamos y en este tiempo no tuvimos esa oportunidad para darnos a conocer y dijimos: es ahora. No hay mejor oportunidad para que todo el mundo te mire que Got Talent.

—¿Desde cuándo bailan?

—Bailo desde que tengo ocho años, Joaco (Joaquín Rodríguez) desde que tiene cinco. Somos todos folcloristas desde niños, por familia, amigos o algún vínculo que nos acercó a la danza.

—¿Qué formación tienen en danza?

—Hay egresados de la Escuela Nacional de Danza, varios toman clases semanalmente de danza clásica, tradicional y moderna, y la gran mayoría son alumnos míos. En la escuela enseño bombo, malambo y danza folclórica, así es como nos vamos conociendo y luego los formo para integrarlos a la compañía.

—Así que la escuela es el semillero para la compañía.

—Claro, el grupo surge de los alumnos que vienen de la escuela.

Carlos Borthagaray y Joaquin Rodríguez de "Tierra adentro". Foto: Darwin Borrelli
Carlos Borthagaray y Joaquin Rodríguez de "Tierra adentro". Foto: Darwin Borrelli

—¿Cómo son los ensayos?

—Las clases son dos veces por semana y la parte de Malambo que fue lo que presentamos en Got Talent, tiene ensayos de dos a tres veces por semana, unas dos o tres horas por cada ensayo. Pero cuando hay un festival o se acerca la fecha de una presentación si necesitamos, agregamos los ensayos que sean necesarios. Lo que se ve en el escenario es la punta del iceberg. Fueron dos minutos y medio, y todo lo que hay detrás de eso en indumentaria con las botas o la rastra. También el tema de las boleadoras, no es algo que se aprenda de un día al otro, al igual que el malambo. Lo que se vio es el resultado de años de trabajo y ensayo.

—Joaco se llevó las miradas, ¿por qué sumarlo siendo tan chico?

—Porque más allá de ser un niño, en el escenario no parece un niño, está a la par nuestro. Desde que comenzó a tomar clases conmigo, a la edad de cinco años, en las primeras clases le vi el talento, hablé con sus padres y les dije: quiero darle clases a él, particulares, para que pueda crecer. Y así como lo ves en 2016 se fue a Italia, Serbia y Hungría con nosotros en una gira de 40 días. También fue a Brasil con nosotros e innumerables actuaciones en el territorio donde por suerte hay muchos festivales tradicionales, eventos privados, eventos en espacios no convencionales. En todo lo que sea cultural hemos estado. Y más allá de lo profesional y artístico, somos muy amigos. Eso suma mucho, por eso la conexión que tenemos en el escenario con los demás integrantes del grupo. Y el producto es muy bueno, no solo por el talento, también por la amistad que hay entre nosotros.

—¿Cómo hicieron para guardarse el secreto del Botón dorado todo este tiempo?

—Ni me digas. Fueron cuatro meses que no pudimos decir nada. Ni a los familiares dijimos nada del “Botón dorado”, estábamos esperando que llegue el programa para contarlo. La semana pasada recibimos un mensaje de la producción del programa diciendo que este lunes íbamos a aparecer, y tuvimos que aguantar esa semana también. Pasó muy lento el tiempo.

—¿Ya han notado las repercusiones?

—Sí, son más de lo que esperábamos. Tengo cientos de mensajes que no he podido ver en Instagram, Twiter, Whatsapp, llamadas que no pude atender porque uno tiene que seguir trabajando y la vida diaria de uno sigue. Las repercusiones todavía no las vimos en su totalidad, pero ya estamos viendo el fruto y esperamos que traiga más trabajo. Eso es lo que queremos, darnos a conocer en el Uruguay y que salga más trabajo en festivales tradicionalistas.

—Con este pase a la semifinal se abrirán algunas puertas.

—Es a lo que aspiramos, más allá de ganar el Got Talent, porque hay varias formas de ganar el concurso. Una es ganando el premio, y la otra es que sea la vidriera para una ganancia como grupo.

—Además de bailar, ¿a que se dedican?

—Varios trabajamos en escuelas públicas y privadas y los niños reconocieron a varios de nosotros por ser sus maestros en las instituciones. Le pasó a varios compañeros, me han escrito en otros colegios donde di clases.

—¿La meta es un espectáculo de ustedes en un teatro uruguayo?

—Sí, el sueño es poder tener nuestro propio espectáculo para que lo vea todo el país. En las giras que tenemos al exterior, nuestro espectáculo dura una hora y media. Comienza con algo tradicional que se va estilizando y llega al folclore del día de hoy sin salirse de la esencia y las raíces tradicionales. Entonces para hacer una línea histórica, tenés material para rato.

—A la audición se presentaron siete, ¿son solo hombres?

—No, somos hombres y mujeres en la compañía, somos unas 30 personas en total y no hacemos solo malambo, también danzas: la firmeza, la chamarrita, el gato, el pericón, pero creímos que para el Got Talent iba a ser más eficaz el sector de Malambo Show; podemos hacer algo de mayor impacto visual. Pensamos en ir todo el grupo, pero me pareció que era mejor el grupo más reducido para la audición.

—¿Están ensayando para la semifinal?

—Obvio. Ya tenemos bastante craneado el espectáculo. El bosquejo está hecho, falta detallar, unificar las cosas, ver el tiempo por si hay que agregar o sacar algo, pero venimos ensayando semanalmente con todo.

—¿Sos estricto como profesor?

—Soy bastante estricto. Para tener un buen producto tenés que ser estricto. Y si bien es difícil separar lo profesional de la amistad, y al momento de poner las reglas se terminan las bromas y se empieza a ensayar, porque hay que hacerlo. Y como hace muchos años que estamos juntos, los compañeros saben que pueden hacer una broma, pero cuando ensayamos, ensayamos.

Joaquín, el niño que se llevó elogios del jurado

Joaquín Rodríguez tiene 13 años y desde que tiene cinco estudia en la escuela de danza Tierra Adentro. El 15 de febrero, junto al director de la compañía, Carlos Borthagaray, y otros miembros del conjunto, estuvo en Durazno para presentarse en las audiciones de Got Talent Uruguay. El pasado lunes se emitió el programa en el que Tierra Adentro se llevó el Botón Dorado, pase directo a la semifinal del concurso de talentos.

Desde que se emitió el programa no ha parado de recibir felicitaciones por distintos medios como redes sociales. “No más terminó la actuación empezaron a llamar al teléfono fijo y los celulares. Familiares llorando de la alegría”, dice Joaquín. El joven bailarín también debió repetir un truco, a pedido de Orlando Petinatti, ya que al inicio de su presentación no salió como se esperaba y terminó pegándose en la cabeza con una boleadora. El golpe le dolió, pero siguió adelante con su actuación.

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