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"Otello", la tragedia de los celos y de la culpa

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Prudencio, Maritano, Marambio y Ventre analizan la puesta. Foto: M. Bonjour

El Sodre prepara la ópera Otello, para estrenarla en el Auditorio Nacional Adela Reta el viernes 6 de noviembre, es decir, la semana que viene. El título, todo con cantantes latinoamericanos (y encabezado por el tenor uruguayo Carlo Ventre), dará un total de seis funciones, siempre a las 20.00.

Va también el sábado 7, domingo 8, miércoles 11, viernes 13 y sábado 14. Las entradas se venden en TickAntel y la sala, y valen $ 2100, $ 1600, $ 1000, $ 520 y $ 350.

Artistas de varios países de América Latina integran esta puesta en escena, cuya producción es del Teatro Argentino de La Plata. "Otello, de Verdi, es extremadamente difícil, de montarlo escénicamente, musicalmente, y de cantar. Es una obra muy compleja. Musicalmente es muy dramático", explica el director musical del espectáculo, el maestro chileno Pedro Pablo Prudencio, quien señala la variedad de voces en juego. "El rol de Otello lo canta un tenor, Desdémona una soprano y Yago un barítono", puntualiza.

Otello será encarnado por el uruguayo de proyección internacional Carlo Ventre, Desdémona será animada por la soprano chilena Maureen Marambio, y Yago lo compone el barítono brasileño Rodolfo Giugliani. Un segundo elenco lo integran Enrique Folger, Sandra Silvera y Licio Bruno Ramos de Araujo, en esos respectivos roles.

"Es interesante resaltar en el caso de Otello esa amalgama entre escena y música, y en ese sentido es importante destacar el rol del libretista, Arrigo Boito, quien realizó un trabajo muy fino junto a Verdi, en esta ópera de la producción final del compositor. Boito fue un muy hábil escritor, no solamente en lo que respecta a la interpretación del original de Shakespeare. Y esa amalgama no solo es entre música y texto, también entre forma operística y un relato casi cinematográfico. Para mí, tiene el funcionamiento de una película, de principio a fin", analiza el director de la puesta en escena, el artista argentino Pablo Maritano.

"Otello es una obra absolutamente psicológica, abstracta. Uno puede hacer la lectura que uno quiera, siempre y cuando entienda los tres ejes que son clave: hay un aspecto doméstico, otro sexual, y otro político. Los tres se conjuga en este título. El aspecto doméstico está representado por Desdémona, el sexual por Yago, y el político por Otello. Más que una tragedia de los celos, es una tragedia de la culpa, ya que los celos son el camino a través del cual Otello puede expresar la culpa de ser un moro que pelea contra musulmanes, para los blancos", sintetiza Maritano.

Todo ese juego de tensiones se refleja en el espacio ficcional y en el escenario, según señala el director de escena. "Hay que entender que la obra, siendo tan abstracta, el espacio es un lugar de catársis, que es público y es privado, donde se sublima el miedo a la muerte, a la desgracia, a la pobreza. Es un espacio claustrofóbico, que representa la cabeza de ese personaje", agrega.

"En ese aspecto, la época, es solamente un anclaje para los personajes. En ese sentido no es una puesta realista. Es una realidad dentro de otra. No es una pintura realista de un momento histórico, sino una pintura teatral de una situación psicológica. Por eso la escenografía es un teatro concéntrico, móvil, que gira sobre su mismo eje, y que da lugar a estos espacios de representación. La escenografía es un trabajo muy noble, y el vestuario es isabelino", remata Maritano.

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Prudencio, Maritano, Marambio y Ventre analizan la puesta. Foto: M. Bonjour

La semana próximo el Sodre estrena el gran título de Verdi

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