Elegante, casi solemne; delicado, respetuoso, emotivo: así fue el show que celebró los 80 años del nacimiento de Zitarrosa, con más de medio centenar de artistas en escena y más de 30 mil personas presentes.

Las canciones fueron las protagonistas. No se necesitó presentador ni arengas, ni fuegos artificiales o adornos. Fue la música, fueron las letras tan aferradas a un momento y sin embargo tan poco perecederas, que conectaron al público con una figura excluyente.

La lista de temas fue tan larga como la de artistas implicados en el espectáculo que tuvo a Fernando Cabrera, su director (enorme labor, por cierto), como el guitarrista más activo.

El show, ambicioso, tuvo un muy buen nivel y algunos puntos altos que resultaron profundamente conmovedores. Uno fue cuando Christian Cary rompió el silencio con su gran versión de "Adagio a mi país".

Seguramente esa y las dos intervenciones de Liliana Herrero fueron de lo mejor que se escuchó (y esto es muy subjetivo). La argentina hizo "El violín de Becho", acompañada de la orquesta que dirigió Fernando Condon; y "La desvelada", sola con Cabrera. Y dejó ahí todo lo que tenía para dejar.

También fue bellísima la adaptación de Martín Buscaglia y Lisandro Aristimuño de "Los dos criollos". Hicieron suya la canción.

Habría que extenderse demasiado para señalar todas las buenas versiones y los buenos arreglos que dejó este concierto. Daniel Viglietti, Pepe Guerra, Numa Moraes (sobre todo Numa Moraes, cuánta dulzura) y Joan Manuel Serrat lo hicieron muy bien; también Emiliano Brancciari.

Pero si hubo una figura, fue Malena Muyala. Alguien dijo por ahí que verla era como ver a Zitarrosa (también alguien dijo a la salida que esas canciones no son para que las canten mujeres, pero es mejor ignorarlo). Hizo "Milonga para una niña", "Guitarra negra" mano a mano con el actor Julio Calcagno (fue un gran momento) y "La coyunda". Y en todo fue brillante.

Del set, la única fisura fue "A José Artigas": la versión electrónica estuvo bien, la interpretación de Juan Campodónico no, y quedó demasiado lejos del resto.

Después, la puesta en escena sí tuvo inconvenientes. Más allá de que el constante recambio de artistas le quitara dinamismo, los recursos fueron totalmente desaprovechados. Las pantallas laterales funcionaron pocas veces y el público que estuvo en Ámsterdam y Colombes no la pasó bien (y lo hizo sentir). Hubiera sido mejor limitarlo a la Olímpica.

Pero esto, lo musical y lo técnico, eran riesgos que había que tomar. Lo rico del show fue la mezcla generacional, estilística, de voces y ritmos. Y la presencia de Zitarrosa, más viva que nunca, viva como siempre.

Artistas: Eduardo Larbanois, Mario Carrero, Braulio López, Cristina Fernández, Washington Carrasco, Christian Cary, Daniel Viglietti, Maia Castro, Juan Campodónico, Numa Moraes, Liliana Herrero, Pepe Guerra, Joan Manuel Serrat, Julio Calcagno, Malena Muyala, Jorge Drexler, Sebastián Teysera, Lisandro Aristimuño, Martín Buscaglia, Emiliano Brancciari, Tania Libertad, Julio Cobelli, hermanos Méndez, Luciano Supervielle, más. Director artístico: Fernando Cabrera. Dónde: Estadio Centenario. Cuándo: Viernes 11 de marzo.

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