Otro posteo de Instagram le trajo problemas a la cantante.

La tienen a Ariana Grande, ¿no? Como otras millenial de turno —Selena Gomez, Demi Lovato, Zendaya, Bella Thorne— es producto de la industria televisiva, puntualmente del canal Nickelodeon que le dio la chance de protagonizar Sam y Cat (me parece que la dan en Canal 4, mi hermanita la mira a veces) cuando empezaba a hacerse conocida por un éxito teatral. De la tele a la carrera solista como cantante no hubo mucho que recorrer y con 23 años, ya es millonaria y más famosa que no sé quién, no se me ocurrió ninguna comparación con gracia.

En fin, en Estados Unidos a Ariana Grande la ven hasta en la sopa porque se convirtió en lo que en su momento fue Taylor Swift, que como no saca canciones nuevas, no está de gira y no tiene problemas con la ley, ya dejó de ser noticia. Es cantante, tiene un vozarrón, y tiene un disco medio nuevo que se llama Dangerous Woman (mujer peligrosa y apenas pasó los 20) y con el que trata de dejar de lado su imagen de nena, que la tiene porque la vende la cara aunque se esfuerce por ser sensual.

Les cuento tanto de Ariana porque metió la pata otra vez. Ya en 2015 enfrentó un problemón cuando se filtró un video suyo lamiendo donas en una tienda y yéndose sin pagar (ah, los modales), después de decirle a un amigo que odiaba a Estados Unidos. Para qué.

No aprendió la lección esta millenial, que esta semana subió a Instagram una foto suya en la que escribió: “Cuando sos tierna pero además sos la chica de 23 años más trabajadora que existe”. Parece que quiso hacer un “chiste” (¿y la gracia?) pero sus seguidores la mataron con los comentarios y básicamente le hicieron notar que no dice cosas muy inteligentes a menudo. Y eso que hace un esfuerzo grande para manejar sus redes como corresponde: fotos donde está preciosa, fotos con perros, fotos en familia y cosas graciosas, eso que la gente quiere ver. Pero siempre termina arruinándola, pobre.

MARU MORENO

COLUMNA FARANDULERAMARU MORENO