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Vueltas de tuerca de un director

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M. Night Shyamalan. Foto: Difusión

Se estrenó Fragmentado, la nueva y escalofriante película del creador de Sexto Sentido.

M. Night Shyamalan nunca ha tenido experiencias personales con lo sobrenatural, pero es muy cauteloso con los sótanos. "Soy muy supersticioso", admite el escritor, productor y director. "No siento ninguna vibra rara en el sótano de mi casa, pero hay muchas casas ajenas en las que no me gustaría entrar".

"Cuando era chico, uno de mis mejores amigos vivía en una vieja casa, en la que él decía que George Washington había pernoctado alguna vez", continúa. "A mí se me ponía la piel de gallina. Nunca me quedé a dormir ahí y no me gustaba quedarme solo. Si mi amigo iba al piso de abajo, iba con él".

"Una vez sí tuve que quedarme solo y aún recuerdo la sensación asfixiante de querer salir corriendo de ahí".

Shyamalan recurre ampliamente a ese miedo en Fragmentado, que se estrenó ayer en Uruguay. Allí se pasa mucho tiempo en un sótano.

Si no puede ver el video, haga click aquí.

James McAvoy interpreta a un hombre con trastorno de identidad disociada que, en su caso, le da 24 personalidades distintas. Betty Buckley interpreta a su terapeuta y Anya Taylor-Joy, Haley Lu Richardson y Jessica Sula son las adolescentes que secuestra.

Shyamalan, de 46 años, es padre de tres hijas adolescentes y admite que está trabajando con sus inquietudes.

"Cuando mis hijas eran más chicas, yo hacía más películas de niños", indica. "Ahora que son adolescentes, me siento cómodo haciendo películas de suspenso nuevamente. Me preocupa la pesadilla urbana que se desarrolla en la vida doméstica: invasión de la casa, secuestros. Siempre estoy pensando en cosas oscuras y elaborándolas en la cabeza".

Desde su punto de vista, sus películas "están relacionadas con la idea de ver algo extraordinario en lo ordinario. Hablo de experiencias que nos suceden y nos hacen diferentes. ¿Ser diferentes nos hace menos?"

"Estoy muy interesado en lo que puede hacer la mente y en cuánto están conectados la mente y el cuerpo", continúa. "En Fragmentado me pregunté si podría hacer una película en la que estuviéramos viendo un género y que después, al final, nos diéramos cuenta de que estuvimos viendo otro género".

Si eso parece misterioso, Shyamalan estaría muy complacido. Desde que atrajo la atención internacional con Sexto sentido (1999), que recabó más de 670 millones de dólares en la taquilla mundial, se ha esforzado porque el público saque conclusiones erróneas.

A veces ese esfuerzo ha dado resultado, otras veces no, pero jamás ha vuelto a estar a la altura de su primer éxito. El protegido (2000) recaudó 248 millones de dólares en todo el mundo, Señales (2002) se llevó 408 millones, La aldea (2004) 256 millones, y El fin de los tiempos (2008) 173 millones. El último maestro del aire (2010) y Después de la Tierra (2013) no tuvieron gran éxito en Estados Unidos pero sí en la taquilla mundial. La dama en el agua (2006) y Los huéspedes (2015) estuvieron lejos de recuperar la inversión.

Después de lidiar con presupuestos de estudio durante veinte años, Shyamalan regresó a sus raíces de presupuestos reducidos con Fragmentado que él mismo financió "por menos de 10 millones de dólares".

"Me gusta hacerle caso a mi instinto y asumir la responsabilidad de hacerlo", explica. "Si la película funciona, pues funciona. Si no, pues no. Pero todas las decisiones son mías.

"Soy una versión diferente de mí mismo cuando está en marcha este proceso", dice Shyamalan. "Si algo me molesto, vuelvo a filmar. Es mi dinero. O si no, elimino algo. Voy tomando decisiones por capas y voy una por una con ellas. Necesito tiempo para llegar a la mejor versión de la película y tiempo también para probar varias cosas, cometer errores y después arreglarlos".

La casualidad hizo que McAvoy interpretara el protagónico. "Me pareció asombroso que James pasara enfrente de mí en un Comic-Con, justo después de haber escrito el guión", indica."Traía el pelo cortado exactamente como yo lo había imaginado, y le dije: Así es como vamos a hacer la película".

McAvoy hace personajes malvados. Además de Kevin, su identidad principal, es el imaginativo diseñador de modas Barry, la organizada Patricia, el controlador Dennis y la curiosa Hedwig, de nueve años. En una reseña publicada en The Guardian se compara Fragmentado con Psicosis (1960) por su "magistral mezcla de horror y del suspenso de Hitchcock", y no solo porque, como Shyamalan, Hitchcock fue conocido por hacer breves apariciones en sus propias películas.

Esa comparación emociona a Shyamalan, pues Hitchcock es su ídolo. "Mi casa está llena de afiches de sus películas", afirma. "Es el rey, el maestro de todos nosotros. La forma en que usa la lente y los movimientos de cámara crean tensión". Al hablar de sus demás influencias cinematográficas, Shyamalan evoca sus años de pubertad. "Cuando era niño me atraían mucho las películas de género", recuerda. "Mis primos y yo íbamos al videoclub y básicamente arrasábamos con las secciones de género. No se me permitía ver películas que contuvieran desnudos".

"Mis padres son inmigrantes indios", dice. "Querían que yo tuviera un empleo de verdad. Tuve la suerte de nacer cuando Spielberg y Lucas estaban haciendo sus películas. Vi el mejor cine que se haya hecho para personas de mi edad. Al ir creciendo descubrí a Kurosawa, Satyajit Ray, Stanley Kubrick y todos los maestros", dice. "Me obsesioné".

Ha rechazado más películas de las que ha hecho: entre las rechazadas se dice que hay tres de Harry Potter y varias de superhéroes. ¿Lo lamenta?

"No, no, no", responde enfático. "Esas películas se hicieron maravillosamente. Yo soy el tipo más afortunado por poder narrar historias por tanto tiempo. Ahora estoy escribiendo el libreto de una nueva película y estoy trabajando en algunos programas de televisión".

El eterno femenino de una imaginativa pintora
M. Night Shyamalan. Foto: Difusión

M. NIGHT SHYAMALANNANCY MILLS, THE NEW YORK TIMES

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