Rodolfo Sayagués

Entrevista al guionista y productor, socio de Fede Alvarez que triunfa en Hollywood.

Instalado en Los Angeles junto con su socio Fede Álvarez, Rodo Sayagués está cumpliendo su sueño: hacer películas. Y encima consiguieron éxitos de taquilla y cierta unanimidad crítica con sus dos primeras películas (Posesión infernal y No respires), lo que los convirtió en una sensación. Actualmente, Sayagués está trabajando en varios proyectos, incluyendo una secuela de No respires, mientras figura como productor asociado de Lo que no te mata te hace más fuerte, un nuevo capítulo de la saga Millenium que dirigirá Alvarez.

—¿Cómo va la vida en Los Angeles?

—Todo bien. Llega un punto donde todo se vuelve rutinario, para bien. Más allá de que es un trabajo que tiene que ver con el arte y el entretenimiento, es un trabajo como cualquier otro: tenemos una oficina, nos juntamos a trabajar y siempre van apareciendo proyectos que uno va construyendo. Algunos crecen más rápido que otros, o se convierten más rápido en una película. El trabajo de todos los días es poner un ladrillito arriba de otro en los proyectos. Es un trabajo, eso sí, muy lindo y divertido.

—¿Dónde vivís?

—Estoy en Laurel Canyon, que es en las colinas de la ciudad. Es un lugar muy lindo e inspirador. Y la oficina está por acá cerca, a mitad de camino entre donde está Fede (Álvarez) y donde estoy yo. Somos los dos y un asistente y no mucho más. Es la oficina de Bad Hombre, nuestra productora, pero también es la oficina personal y el lugar donde nos juntamos a mirar películas.

—¿En qué proyectos están?

—Ahora, la secuela de La chica del dragón tatuado que va a dirigir Fede...

—¿Cómo figurás en los créditos?

—Como productor asociado. Ya había un guión hecho, lo trabajamos un poco con Fede y otro guionista y después ellos dos continuaron escribiéndolo. Siempre es una tarea de escritura y reescritura que no termina nunca hasta que se estrena la película. Se filma en febrero, marzo y abril del año que viene. Y más sobre julio, rodamos la secuela de No respires, que estamos ahora escribiendo. Esos son los dos proyectos que me tienen más ocupados y los que están más cerca de estrenarse. Siempre hay cosas que están en una etapa más preliminar. Es ir construyendo.

—¿Qué se puede adelantar de No respires 2?

—Es una película para la que nos obligamos con Fede a encontrar una premisa, una idea que fuera totalmente distinta a lo que uno pueda imaginarse cuando piensa una secuela. No es una continuación de la historia, pero sí de la vida de algunos de estos personajes.

—Está el ciego, espero...

—Sí, va a estar. Pero ésta no tiene necesariamente que ver con la historia de la primera. Va a sorprender mucho el acercamiento que hicimos porque escapará a los parámetros de las secuelas, de lo que se espera. Es un riesgo y un desafío y nos hace sentir muy bien saber que estamos en un camino nuestro y distinto a lo que hayamos visto.

—El acercarse a las cosas desde un lado original es una de las metas creativas de ustedes. Incluso cuando hicieron una remake.

—Somos aficionados al cine y al arte y los primeros en criticar la falta de huevos para tomar riesgos que tienen las grandes industrias del entretenimiento, y lo entiendo. Pero como nos quejamos, si tenemos la posibilidad de hacer algo, es menester intentar hacer algo original y aprovechar el margen para innovar. Hacer algo que sepamos que nunca vimos antes. Lo divertido es que nunca tenés la certeza de si va a funcionar o no. Pero el éxito es otro asunto. Si no hacemos eso, estaríamos haciendo algo que ya vimos y esto cuesta mucho dinero y energía, y hacer algo que ya existió, no tiene sentido.

—¿Reciben muchos proyectos?

—Siempre hay cosas, y lo que buscamos es que haya algo que tenga olor a nuevo, a fresco y sea desafiante. Eso es lo que más nos atrae.

—Entre esos proyectos, figurás como productor ejecutivo de Misión no oficial. ¿Te gusta eso de aportar tu experiencia a proyectos locales?

—Siempre estamos buscando. Cuando estrenamos No respires se nos ocurrió hacer un concurso de cortometrajes para el que se presentaron en una semana, 300 guiones. Sabemos que hay materia prima en Uruguay y que hay gente haciendo cosas muy interesantes y siempre estamos, en la manera de lo posible, buscando a ver qué sale. Si tenemos medios para colaborar, lo hacemos.

—¿Cómo llegaste a Misión no oficial?

—Teníamos un amigo común con la directores. Estaban en Los Angeles y me mostraron la película a medio terminar y a mi me encantó, les hice algunas sugerencias y empezamos como entre todos a jugar un poco con una avalancha de ideas y nos rindió un poco más, y me propusieron que me sumara al equipo. Logramos con Movie poner la película en cartel y ahora estamos en la fase de mostrarla internacionalmente.

—¿Cómo sentís que le ha ido?

—Bien. Es un estreno 100 por ciento uruguayo, hecho a pulmón que llegó a todas las salas del Uruguay. Y además a todos le gustó. Estamos supercontentos.

—No hay muchas comedias uruguayas

—Es un género muy esquivo. Pasa incluso acá en Estados Unidos, donde salen comedias a cada rato y la mayoría naufragan en la taquilla y en la crítica. Es que es muy difícil hacer reír a la gente.