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La película de Pampita que usa el mal gusto como un arma de seducción

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Pampita en Desearás al hombre de tu hermana (captura)

ENTREVISTA 

El actor Juan Sorini habló de su experiencia en Desearás al hombre de tu hermana

En Desearás al hombre de tu hermana, cuyo relato se ambienta en una casona de lujo en la década de 1970, el actor argentino Juan Sorini (33 años) encarna a Juan Rojo, esposo del personaje de Mónica Antonópulos, cuyo juicio se ve nublado una vez que conoce a su cuñada interpretada por la modelo, jurado y ahora actriz Carolina “Pampita” Ardohain.

La participación de Sorini en la película dirigida por Diego Kaplan significó no solo su primer papel protagónico en el cine, sino también sus primeros pasos en aprender a lidiar con la fama.

Durante la promoción en Montevideo de Desearás al hombre de tu hermana -que en su elenco incluye a Andrea Frigerio y al brasilero Guilherme Winte-, Sorini tuvo que excusarse unos minutos con la prensa para lidiar con un medio argentino que afirmó tener fotos comprometedoras suyas.

Aunque no quiso revelar la naturaleza de las imágenes, sí explicó que no le preocupan y que todavía está aprendiendo a manejar ese aspecto de su nuevo trabajo, algo que como exjugador profesional de rugby y modelo no significaba una problema.

En los últimos años, Sorini está construyendo una carrera prominente en la industria del espectáculo argentino que ya lo tuvo como actor secundario en las series Malparida, Viudas e hijos del Rock & Roll y Educando a Nina.

Sobre su trabajo en la película, Sorini conversó con El País.

Juan Sorini
Juan Sorini

-¿Cuál fue su primera reacción al leer el guión?

-Con mi personaje enseguida dije: “Este tipo no es normal”. Cuando lo conocí a Diego (Kaplan, el director) entendí y me convencí en tanto al personaje que se me pedía.

-¿Qué se le pedía para interpretar a Juan Rojo?

-Llegué muy preparado y pude empezar a hacer las piruetas que Kaplan quería. Sacó mejores cosas de mí de las que hubiese imaginado. Es mi primer protagónico. Estoy verde. Me falta un montón pero crecí en poder hacer, con en el poder de la palabra, un tipo que parece de bronce, en una rigidez que se buscó.

-Una escena en la que Rojo come una fruta de forma de forma lasciva me hacen preguntarle cómo se construye un personaje así sin caer en una caricatura.

-Hay una construcción voluntaria de una especie de galán estereotipado, grasa, pero que el espectador lo advierte preguntándose: “¿Cómo puede ser que este idiota genere lo que genera en estas dos mujeres?”. Me divertí porque me di cuenta que es un idiota que se cree que es algo que no es.

-¿Quién se cree que es?

-Un seductor que se las sabe todas. Sobre todo con las escenas íntimas. Vos decís: “¿A dónde cayó? ¿Por qué esa barbaridad?”. “Barbaridad” en el sentido de la manera.

-En esta película, lo que hay menos son desnudos femeninos. La mirada está más puesta en la piel masculina.

-Es que es la mujer la que desea y el objeto somos nosotros. Siempre contamos al hombre que desea y a la mujer como objeto. Se puede contar al revés. Lo mío está exacerbado como lo de cada personaje para contar algo y articularlo en un mundo artístico y expresivo.

-Es probable que esa exageración de la que habla divida al público de la película.

-Sí, porque no hay algo tan así ahora. Está bueno que pase, hacer algo novedoso. Que mi primer protagónico sea algo así tan arriesgado. Después puedo volver a hacer algo tranquilo.

-¿Cómo fue la dirección de actores de Diego Kaplan?

-Alegre. Es un tipo que ante cualquier problema no se pone por arriba del actor. Tiene una mirada muy particular y una capacidad de sacar humor. Nunca vi tantos chistes con sexo. El guion casi que ni se cambió. Casi todo el humor es visual. Sí, con diálogos trillados pero también se buscó la manera de representar a Rojo así. por ejemplo. Tiene diálogos así: “Dame un beso (...) Porque cuando entraste a la habitación anoche los dos sabíamos lo que iba a pasar”. ¿Como hago yo para hacer eso cotidiano?

El guion de Desearás... fue escrito por la autora Erika Halvor y basado en su propia novela. Se trata de su segunda adaptación al cine tras El hilo rojo, película de 2016 en la que se conocieron Eugenia “La China” Suárez y Benjamín Vicuña, por entonces pareja de Ardoahin y hoy esperando un hijo con Suárez.

-¿Cómo fue su trabajo junto a a Pampita?

-Es mi primer protagónico así que yo estaba en una situación parecida. Lo ensayamos mucho con Carolina. La autora (Halvorsen) estuvo mucho con nosotros porque es directora teatral entonces llegamos muy preparados. Había escenas que había que hacer el amor directamente. Ahí tiene que haber mucha confianza. Ella tuvo mucho sostén del director y de todo el equipo. Confiamos lo que hacía Diego con ella al llevarla a ese triángulo amoroso. Ella y yo somos los dos personajes más ridículos. También es una elección. Me pareció espectacular lo que hizo ella.

RESEÑA

Una comedia sexual sin lugar a sutilezas (***)

Desde el arranque, Desearás al hombre de tu hermana deja en claro que no pretende ser una versión argentina y setentera de 50 sombras de Grey con Pampita. Mientras que el fenómeno estadounidense literario y cinematográfico utilizaba al erotismo como motor de una historia de romance y erotismo, la película argentina de Diego Kaplan tiene al sexo y la seducción como los motivos principales de una comedia de excesos.

Estas exageraciones no están reflejadas en el consumo de sustancias recreativas o actos sexuales inéditos. En cambio, el relato que enfrenta a dos hermanas (Mónica Antonópulos y Pampita) y sus respectivas parejas (Juan Sorini y Guilherme Winter) lleva a sus personajes al extremo de lo no creíble al presentar conversaciones que terminan abruptamente (un pique tomado del cine pornográfico) o la conversión de actos triviales (la ingesta de una fruta en el desayuno) en momentos de apreciación máxima del cuerpo masculino.

Kaplan va rápidamente al golpe de efecto en un guion que no se guarda nada al momento de provocar excitación, asco y también risas (algunas más involuntarias que otras). Hay infidelidad, voyeurismo y la exploración de la sexualidad femenina dentro una familia nada atípica liderada por una carismática Andrea Frigerio, quien interpreta a la madre de las hermanas.

Con un trabajo de arte suficientemente atractivo para dejar de lado actuaciones disparejas (Pampita no sorprende, pero tampoco defrauda para lo que pide su papel) el intento de Kaplan es digno en su intención de probar algo diferente, aunque tal vez demasiado absurdo. La calificación que restringe al público menor de 18 años en ver la película es más que acertada.

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