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El arrabal porteño tiene voz y estampa de mujer

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Mercedes Funes como Tita Merello

RESEÑA

Se estrena hoy Yo soy así, Tita de Buenos Aires

En su interpretación de la cantante y tanguera argentina Tita Merello, Mercedes Funes se ve imparable. Su Tita es carismática, enérgica y explosiva en cada una de las escenas de la biografía dramática dirigida y escrita por la cineasta argentina Teresa Costantini que se estrena hoy en cines uruguayos.

Sin embargo, Yo soy así, Tita de Buenos Aires no alcanza los mismos niveles de atractivo que su protagonista. Como una narración en orden cronológico de casi tres décadas de la vida de Merello, la película pierde poco a poco el ritmo y chispa que tienen las canciones de la artista, aquí reinterpretadas por Funes.

El relato recorre los inicios de la cantante como corista de pequeños teatros y cafeterías en la noche porteña, atraviesa su punto de mayor popularidad y finaliza en su apogeo, cuando la edad y una industria cultural siempre cambiante comienzan a atentar contra la popularidad de Merello.

Así es que el personaje que construye Funes comienza a sentirse menos real y cada vez más sujeto a las situaciones y relaciones personales que suceden en esta reconstrucción cinematográfica de la intérprete de “Se dice de mí” y “Pipistrela”. El guión de la película toma saltos temporales de extensiones cambiantes según el drama lo amerite y para su finalización, el encanto se va disipando.

Un reparto de actores como Esther Goris, Mario Pasik y Andrea Pietra encarnan familiares y colegas en la vida de Merello, mientras que Damián De Santo se convierte en el coprotagonista principal al interpretar al actor Luis Sandrini, el gran amor de Merello.

Mientras que los pasajes de la figura tanguera por el teatro y el cine son reproducidos de forma elegante, el pasaje por su vida íntima se siente como una traición al personaje, principalmente en su devoción ciega por Sandrini que parece traicionar el espíritu de una mujer que logró sobresalir dentro de un mundo artístico dominado por los hombres y el machismo. Ver a Merello lamentarse en un monólogo melodramático en el que vierte lágrimas sobre su cama por la partida de su amor parece corresponder a otra película enteramente.

Mercedes Funes como Tita Merello
Mercedes Funes como Tita Merello. Foto: difusión.

Afortunadamente, los infortunios narrativos de esos momentos no superan el trabajo actoral de Funes y el diseño audiovisual de la película, una de las mejores del cine argentino reciente en ese sentido. La reconstrucción del pasado porteño no se reduce a escenas interiores, sino que también muestra calles enteras con extras y automóviles de las décadas de 1930, 1940 y 1950.

Las interpretaciones de la protagonistas del repertorio de Merello tienen un alto valor de entretenimiento y resultan muy llamativas para quiénes no conocen este capítulo de la historia del tango rioplatense, en el que también aparecen Enrique Santos Discépolo y y el propio Carlos Gardel.

Yo soy así, Tita de Buenos Aires es disfrutable y una obra de valor de producción para las biografías dramáticas, un género poco explorado en el Río de la Plata. Sin embargo, la elección de su estrella podría haber inspirado un mayor riesgo a la hora de salirse del molde.

RESEÑA

Yo soy así, Tita de Buenos Aires (***)

Dirección y guion: Teresa Costantini. Elenco: Mercedes Funes, Damián De Santo, Esther Goris, Mario Pasik, Andrea Pietra y Soledad Fandiño. Producción: Emilio Muniz Barreto y Teresa Costantini. Producción ejecutiva: Margarita Gómez. Fotografía: Hugo Colace. Edición: Laura Bua. Música: Osvaldo Montes. Arte: Juan Cavia y Walter Cornas. Vestuario: Julio Suárez. Duración: 112 minutos. País: Argentina.

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